jueves, 27 de agosto de 2009

Para tí, el día de mi cumpleaños....

Partamos de la base de que nada es eterno.
Hoy mismo he cumplido 28 años y es sorprendente notar como voy cambiando día tras día, en ocasiones a un ritmo que da vértigo. Mi rostro, mi cuerpo, mis pensamientos e intereses, nada es eterno. Pero nos empeñamos en creer que no es así y sin darnos cuenta nos empeñamos en amarganos la vida. Imagino el sufrimiento de una mujer de 40 que cada mañana busca en el espejo el rostro de una joven de 15.
Somos la suma de las pérdidas y las ganancias. Toda ganancia implica una pérdida y viceversa. Si conseguimos madurez, libertad e independencia, perdemos juventud, frescura y energía.
Solo si aceptamos los días nublados, podremos disfrutar cuando salga el sol.
La mayoría no se da cuenta, pasan sus días en la más feliz de las inocencias. Siendo felices a ratos, a ratos desgraciados, intentando rellenar el vacio con un coche nuevo, un vestido bonito o 4 kilos menos. Y es que un coche nuevo mola un montón.
Ya ves lo que da de sí los viajes en tren, ya ves todo tiene su lado positivo. Y no me considero una optimista empedernida, solo tengo unas lentes progresivas en el bolsillo que he ido construyendo como todo, de pequeñas experiencias y tropiezos, que a veces me las pongo y a veces me las quito para descansar. Porque yo lo elegí, no he querido ser una víctima más de mis circustancias. Es lo que tiene enfrentarte cada día con los problemas de los demás, que son los tuyos propios y al revés.
Y aparece de nuevo la cuestión de siempre, el cómo. Pues perdiendo el miedo, perdiendo el miedo a sufrir, perdiendo el miedo al dolor, a la muerte, porque todo ello es inherente a los que estamos aqui.
Aprender a sufrir y a aceptarlo. Y llorar, llorar hasta que duelan los ojos y se acaben las lágrimas. Llorar por lo que queremos, por lo que perdimos, por lo que añoramos. Llorar por el primer amor que nos engañó, por los seres queridos que perdimos, por aquel plan en el que fracasamos.
Pero hay quien dice que mientras viva el recurdo uno no muere. Eso es otra cuestión, y otro asunto es el de que nada nos pertenece, el sentimiento de dejar pasar, ir para que otros vengan, etc, etc.
Y para soportarlo 2 cositas. Lo que hay de todo lo vivido y tenido en mi. Lo que he aprendido, lo que me dejaron, los que pasaron y se fueron, y lo que yo dejaré. El cariño sin límites, sin condición, la generosidad, el sentido de la vida, la bondad. Eso es lo que yo viví y yo daré, y cuando lo dé descansaré y me iré. Y agradecer a los que te dieron.
Eso, o seguir buscando lo que se perdió y no volverá, igual que no volveremos nadie. Pensando que sigue ahí, por miedo a sufrir la perdida y encontrar en ella, la ganancia. Yo ya encontré la mia.
Me pareció bonito y decidí compartirlo, por si a alguien le sirve, aunque muchos no lo entenderán.
Es un regalo para tí, el día de mi cumpleaños. Y ahora di adios y llora. Y cuando termines sécate esas lágrima y sigue disfrutando.

domingo, 11 de enero de 2009

El arte del encuentro


El olor del café recién hecho después de un sueño reparador, un paseo sin rumbo, el agua de la ducha cayendo sobre la piel, el papel en blanco ante tus ojos queriendo ser algo más, un viaje en tren. A lo largo del día son muchos los momentos que te invitan a pensar, a crear algo diferente, y te invade una realidad diferente, de la que ya no puedes escapar, solo hay que dejar que fluya y disfrutar.
Imagino, que de este modo, un artista crea sus obras. Despierto, esperando deseoso que llegue ese momento, una imagen en su retina o en su mente, una sensación que le inspire. El ese momento, el tiempo se detiene, ha llegado la hora de crear. Es un trabajo personal, de dentro a fuera, de crear lo que nunca fue creado.
Dicen que la terapia es una arte. Es el arte del encuentro. El encuentro entre dos o más personas, dos almas que se cruzan en un lugar y un tiempo, para no volver a ser las mismas. Una tarea arriesgada, tal vez.
Crear una realidad diferente para alguien que la que conoce le hace sufrir. Modificar la tuya propia, porque ya no es útil. Buscar el sentido de la vida, aprender a escuchar lo que tu interior te susurra al oido. Tu mundo y el mío, tus miedos y los míos, se mezclan y luchan juntos para perder el miedo a sufrir, para teñir tu paisaje de un color más acogedor a tus sentidos, hacer de tu cama un lugar más cómodo para descansar cada noche. Todo un arte, tal vez.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Recorriendo la ciudad


Recorro las calles de la ciudad, me cruzo a diario con decenas de rostros anónimos. De pronto, uno de esos rostros, capta toda mi atención, y no puedo parar de mirar hasta q no pasa de largo y se aparata de mi vista. Me divierto imaginando las historias vividas que hay detrás de cada persona, de cada lugar. Caras sin nombre, rostros con vida, alegres, tristes, nostálgicos, soñadores....y mi mente vuela sin rumbo, como sin rumbo van mis pies. Es la sensación de estar sentada viendo una obra de teatro. De pronto, una sonrisa, una mirada que busca la mía, un gesto cordial, una palabra amable, me devuelven de mi mundo ilusorio al mundo real, percibo que existo, mis pasos se desacompasan del resto y cobran una dirección, y mi vida un sentido.

martes, 27 de mayo de 2008

A través de la palabra.


Hoy he tenido una sesión de terapia algo diferente, sorprendente tal vez, o quizás esperada, no sé. Lo cierto es que me ha echo reflexionar sobre muchas cuestiones que se me han planteado mientras transcurría la conversación. Yo no creo en la superioridad de nadie, ni en el conocimiento ni en la propia experiencia, y por ello parto de la idea en mi trabajo de que todos somos iguales, personas al fin y al cabo, con miedos, con deseos, con recursos y esperanzas, con experiencias. Desde este punto de partida es más sencillo llegar al interior de las personas, y desde allí remover, para hacer sustraer lo más bello, lo más útil de uno mismo.


Esta mañana una chica desde su posición de víctima, enferma, necesitada de una ayuda, que en teoría yo le podía ofrecer, me retaba y me desafiaba en aquello que precisamente me solicitaba a su vez.


Mi primera reacción fue de enojo, y como dicen los expertos que hay que hacer, de confrontación. Claro que la confronté, era una incongruencia lo que esta chica estaba planteando. Sin embargo, horas más tardes, me ha echo reflexionar sobre cual es el papel que juego en esta función.


Los que me conocen dicen, con acierto o sin él, que yo debía haber seguido los pasos de mi papá, persona emprendedora donde las haya y buscadora de tesoros escondidos. Es curioso como todo encaja.


Yo trato de llegar al mundo interior de las personas a través de la palabra. Mi papá hurga en la tierra intentando llegar a su interior, para obtener lo más preciado de ella. Llegar al mundo interior de la personas a través de una palabra, una pregunta, una reflexión, un gesto...aparentemente una tarea sencilla pero que requiera de muchos años de entrenamiento. No solo entrenamiento profesional si no también personal. Porque en la medida que hurgas en la herida de las personas, también sangran tus propias heridas, y duele, a veces duele mucho.


Cuando veo a personas consagradas en esto, creo que es un arte. Porque es algo que sale de ti, lo creas y lo inventas.


Yo lo asemejo a la linterna que hay en los cascos de los mineros. Allí en las profundidades de las oscuras galerías, el foco va alumbrando, y le indica a su empeñado portador donde clavar su pico y escarbar.

sábado, 24 de mayo de 2008

Mirar hacia dentro

Cada día resulta más difícil pararse a pensar y reflexionar. Mirar desde tu alfeizar hacia fuera y mirar hacia dentro. Para no dejarse llevar, ordenar cada instante, cada palabra, cada pensamiento, cada imagen y llegar a la esencia de lo que te rodea.
Es como subir una enorme ladera, a veces sendero de arena, a veces llano, a veces es necesario poner las manos en la tierra para impulsarte y seguir caminando. A veces sale el sol, a veces llueve como si nunca lo hubiera echo, puede que el viento sople en tu contra y sientes que tu cuerpo se tambalea. Y dudas si podrás llegar a la cima, si merecerá la pena tanto esfuerzo.
Cuando por fin llegas al pico más alto de la montaña, orgullosa miras atrás, y te alegras de haber recorrido ese enorme y costoso camino. Sin embargo, cuando desde lo más alto miras el inmenso precipicio que se aproxima a tus pies, un escalofrío te recorre el cuerpo. Y sientes miedo, porque esa imagen quedará grabada en tu mente y nada más volverá a ser como antes.
Hay quien nunca llegará a subir, quien pasee por el valle sin mayor preocupación, caminar por caminar, escuchar sin oir, mirar sin ver....tal vez por miedo, por ignorancia quizás.

viernes, 23 de mayo de 2008

Entre la suposición y la incertidumbre



Desde que naces parece como si el destino te persiguiera en una carrera sin fin, llena de obstáculos, de suposiciones e incertidumbres. Y no se sabe quien es el perseguidor y quien es el perseguido, si tu persigues a tu destino o tu destino te persigue a ti.


Lo cierto es que desde que naces parece que tienes una vida predeterminada, y pocos son los que se permiten mirar más allá de donde alcanza tu vista a ver. Y se persigue la calma, la estabilidad, la seguridad laboral, económica y afectiva. Y vivimos como si todo lo que nos rodea nos perteneciera, como si la realidad fuera la que ven nuestros ojos, y con la omnipotencia de pensar que como si fuéramos dioses de carne y hueso, todo acabará cuando hayamos muerto.


Incapaces de aceptar la duda, la incertidumbre y el sufrimiento. Y has de perseguir la felicidad, ser feliz o al menos parecerlo. Porque si no nos formas parte de este grupo, y serás rechazado, excluido, te llamarán loco, tal vez bohemio, soñador de otros mundos.


La vida es corta, a veces gris, a veces rosa. La realidad no existe, el mundo no te pertenece, tú le perteneces a él, solo eres un conjunto de células con vida independiente y finita. Y vivimos entre el dolor y el placer, entre la tempestad y la calma, entre la suposición y la incertidumbre.

lunes, 3 de marzo de 2008

Sobran las palabrasII


Ya son dos entradas con este mismo título. Bueno, este es un lugar para reflexionar después de un largo día de trabajo, de charlas y cafés, sobre que cosas, de todo lo que he vivido, decido incorporar a mi diario de abordo y compartir con todo al que le interese.
Muchos piensan que el único modo de comunicarse las personas es mediante la palabra.
Sin embargo, yo creo, que no es que sea erróneo, pero si incompleto. Hay un universo de modos de comunicación distintos entre las personas, que van más allá de la comunicación verbal. Y hay momentos en que estas palabras sobran....
Y nos empeñamos en hablar, y nos piden que nos comuniquemos, que expresemos verbalmente nuestra opinión sobre un tema u otro, que compartamos nuestros sentimientos, nuestras emociones...y es imposible no comunicar!!!!!!!!!!!
hata cuando nos negamos a comunicarnos, lo estamos haciendo.
Es curioso cuando los parjas llegan a consulta solicitando q les ayudemos a comunicarse.